Los enfrentamientos entre Juan Soto y Melquiades se convirtieron en los años 80 y principios de los 90 en todo un espectáculo luchístico, la fortaleza de ambos hacía que la igualdad estuviera siempre presente, lo que hizo vibrar a los aficionados que sobretodo para las luchadas de fiestas del Rosario llenaban el histórico terrero Puerto Cabras.